por Ana Jerozolimski / Publicado el 15 de Septiembre de 2020 a las 05:53
Aunque sería mejor poder celebrar la firma de los acuerdos de paz programada para este martes en Washington sin que Israel esté al borde de entrar a un segundo cierre debido a la pandemia, éste es un gran día. En la Casa Blanca se firmará un tratado de paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y una “Declaración de Paz” entre Israel y Bahrein. Fuentes políticas explican que dado que el anuncio sobre la normalización de relaciones con Bahrein fue formulado recién el viernes último, no hubo tiempo para ultimar detallas y redactar ya el acuerdo de paz.
Dos países árabes hablan abiertamente de lo bueno del mutuo beneficio que la paz con Israel dará a todas las partes, y eso es señal de la normalidad a la que Israel aspiró desde su creación en mayo de 1948.
Probablemente se sentiría con mayor fuerza el significado de todo esto, si Israel hubiese estado enfrentado en guerra en el frente de batalla con estos dos países del Golfo. Afortunadamente eso no ocurrió. Y si bien ello puede hacer que el logro suene menos impactante, creemos que esta percepción es equivocada. Aquí el mensaje es que vivir en paz con Israel es positivo, que ya no hay más lugar para boicots y que quienes miran para adelante, optan por la paz.
Un elemento importante es esperar la publicación del texto de los acuerdos, lo cual se concretará recién después de la firma. Y entrarán en vigencia después de ser aprobados en la Kneset, el Parlamento de Israel.
La verdad, nos choca que no se los publique antes de la firma. Pero así fue tanto con el acuerdo de paz con Egipto en marzo de 1979 como con la Declaración de Principios entre Israel y la OLP en setiembre de 1993.
Aún antes de saberse todos los detalles tal cual están redactados en los documentos oficiales, parece claro que la afirmación del Primer Ministro Netanyahu según la cual a diferencia de los acuerdos de paz anteriores firmados por Israel con Egipto y Jordania, esto es puramente “paz por paz”. No es tan así, por decirlo delicadamente. Y no lo comentamos para minimizar el logro. Pero a cambio de esto Netanyahu renunció a la planeada imposición de la soberanía israelí en Judea y Samaria, que había presentado como una de sus banderas principales en las últimas elecciones.
Creemos que fue sabio al dar ese paso, optando por ampliar el círculo de paz regional. Entonces, no hace falta deformar el cuadro general. Mejor decir las cosas tal cual son.
Escribiendo estas líneas poco antes del mediodía de Israel, contamos que faltan algo más de 7 horas para la ceremonia en Washington. Es uno de estos días en los que Israel puede sentir que afianza su existencia en la región, no sólo por su fortaleza para cuidarse sino porque sus vecinos van de a poco entendiendo que la alternativa de odio y guerra, no va más.
Claro, sólo algunos de los vecinos. Todos estos avances hacia la paz se han topado con categóricas condenas de parte de los enemigos de la paz, título que se ganan diariamente. Los llamamos tiempo atrás “los señores de la muerte”. Irán, Hamas, Jihad Islámico, lamentablemente también la desubicada Autoridad Palestina y la Turquía de Erdogan, aunque tiene relaciones diplomáticas con Israel.
Habrá que celebrar la paz sin dormirse, con los ojos bien abiertos para contrarrestar eventuales planes de los “señores de la muerte”.
Ana Jerozolimski
(15 Septiembre 2020 , 05:53)