por Ana Jerozolimski / Publicado el 3 de Junio de 2023 a las 18:11
Fotos: captura de pantalla de KAN, 11 de la tv israelí
Este sábado se ha hecho historia en el fútbol israelí, al derrotar el seleccionado juvenil israelí a Brasil 3 a 2 en el campeonato mundial en Argentina , clasificándose para la semi-final, en la que se enfrentará a Uruguay o Estados Unidos, dependiendo del resultado del partido de cuartos de final. Es el máximo logro del fútbol israelí a nivel internacional hasta el momento.
Partiendo de este hecho que da tanta alegría a la sociedad israelí , hay algunos aspectos que vale la pena analizar, para dejar en claro la singularidad de Israel.
En primer término, fue muy especial escuchar a Ofir Haim, el entrenador, y a uno de los jóvenes goleadores, Dor Turjeman, quienes al responder a preguntas de los periodistas israelíes en el estadio en San Juan, se refirieron ante todo al atentado en la frontera egipcia en el que murieron 3 soldados israelíes, expresando sus condolencias a las familias que perdieron hoy a sus hijos.
Otro punto es recordar la composición del seleccionado israelí que está impactando, formado por jugadores aguerridos y luchadores, que saltaron de alegría y se abrazaron repetidamente al terminar el partido. Festejan juntos, todos, tanto los judíos como los árabes musulmanes que lo conforman.
El número 7 es Anan Khalaili-quien hizo el gol que garantizó la clasificación a los cuartos de final contra Uzbekistán y también hizo este sábado el primer gol contra Brasil-, el 11 es Hamza Shibli, que hizo el segundo gol contra Brasil y el 20 es Ahmad Salman Ibrahim, quien pateó uno de los dos penales de Israel, pero no logró hacer gol.
Y lo destacamos no porque todo lo relacionado a la plena inserción de la ciudadanía árabe israelí en la sociedad sea perfecto ni porque creamos que miles de árabes salen a las calles con la bandera de Israel a celebrar los logros del seleccionado sub-20. Lo destacamos porque la diferencia entre la realidad israelí y la demonización que hacen de Israel sus enemigos, es abismal. Porque aunque son numerosos aún los problemas a resolver también en cuanto al relacionamiento árabe-israelí, la realidad es enormemente más inclusiva y normal que lo que creen quienes se nutre de titulares críticos y mentirosos.
En numerosos seleccionados nacionales de Israel ha habido jugadores árabes, muchos de ellos convirtiéndose en verdaderas celebridades, famosos y admirados a nivel nacional. Quien fue hasta hace un tiempo, durante muchos años, el capitán del seleccionado nacional de adultos-y se retiró por cuestión de edad- era Bibars Natcho, no árabe sino circasiano, pero sí musulmán.
Siempre aparecen los que se fijan, cuando se transmite el inicio de los partidos y los jugadores bien formados cantan el himno, si los árabes están o no moviendo los labios. En general no. Vimos claramente que Khalaili no cantó. A los otros no logramos verlos, pero estimamos que no. Tampoco Natcho cantaba el Hatikva. ¿Sería lógico pretenderlo, si el himno habla del “alma judía que late”? Yo creo que no. Sería irreal esperarlo.
Pero como comentábamos al principio, el tema aquí no es decir qué bien que está todo, cómo se aman judíos y árabes, qué paraíso ideal es la situación de Israel. No, para nada. El tema es mostrar cuánto más positiva e inclusiva es la realidad comparada con lo que alegan los enemigos que presentan a Israel como un país que oprime a su minoría árabe, que no acepta al diferente y está basado en la discriminación.
Cuando el equipo se acercó a la hinchada para festejar juntos, aunque haya habido una especie de cerca alambrada separatoria, allí estaban también los jugadores árabes. Son parte integral del seleccionado.
Anan Khalaili, Hamza Shibli y Ahmad Ibrahim Salman no están en el seleccionado sub-20 porque hayan buscado cómo expresar su amor al país en el que nacieron, sino porque son buenos, quieren avanzar en el fútbol y claro que el seleccionado es un importante trampolín. Pero son parte, festejan con todos y saltan de alegría con la camiseta con la bandera de Israel.
Ana Jerozolimski
(03 Junio 2023 , 18:11)
Fuente: https://www.semanariohebreojai.com//articulo/6850