- Itai Bardov opinion@laestrella.com.pa
“Debemos explorar nuevos enfoques para invertir en infraestructuras y servicios relacionados con el agua, garantizando al mismo tiempo, el derecho de cada persona al agua potable”
22/03/2023 00:00
El año pasado, y con la disminución del coronavirus, el mundo volvió a centrarse en la amenaza existencial más acuciante -el calentamiento global y el cambio climático- y sus devastadores efectos sobre el mundo en el cual vivimos. Una de las principales áreas seriamente afectadas por el cambio climático, es el ciclo pluviométrico global, que se refleja en menos lluvias, más sequías y fenómenos pluviométricos extremos, que producen más destrucción que bendición. Creemos que las innovadoras soluciones tecnológicas para la crisis del agua, pueden ser un elemento central para el afrontamiento de la crisis climática, tanto para la adaptación como para la mitigación.
La estrecha relación entre la crisis del agua y la crisis climática fue señalada en la declaración final de la COP-27 y será un tema central en la Conferencia de la ONU sobre el Agua, que será inaugurada hoy, 22 de marzo, Día del Agua, en la sede de la ONU en Nueva York.
Mientras que en muchos lugares del mundo sigue habiendo un acceso pleno a agua limpia del grifo, en muchos otros, esta accesibilidad es limitada y prácticamente inexistente. Se estima que unos 2500 millones de personas (el 36 % de la población mundial) viven en zonas con escasez de agua, un fenómeno que se prevé que se agravará en las próximas décadas, al intensificarse los poderosos procesos del cambio climático, el crecimiento demográfico mundial, la creciente demanda para productos industriales y agrícolas y la desertificación.
La escasez de agua está provocando migraciones, guerras y conflictos, poniendo a cientos de millones de personas en el mundo, en riesgo de desplazamiento, por la escasez de agua en los próximos años. A fin de superar este fenómeno y anticipar una cura para este mal, debemos comprender que ello implicará formular una campaña global que requerirá integrar todas las medidas necesarias, como, por ejemplo: orientar y educar sobre la conservación del agua; incrementar la eficiencia en el uso del agua; lograr financiación internacional, pública y privada; rehabilitar las fuentes de agua contaminadas; fomentar las inversiones y la I+D, y ante todo, aprender a implementar una buena gestión del agua, a escala local, nacional, regional y mundial.
Debemos explorar nuevos enfoques para invertir en infraestructuras y servicios relacionados con el agua, garantizando al mismo tiempo, el derecho de cada persona al agua potable. Es importante que se haga hincapié en la disponibilidad y el intercambio de la información sobre la cantidad, la calidad, la distribución y el acceso al agua, así como sobre los riesgos y el uso de esa agua.
En este sentido, Israel puede realizar una contribución significativa al mundo, como un país con uno de los sistemas hídricos más avanzados del mundo y con abundancia de I+D y tecnologías innovadoras en muchos ámbitos. Un ejemplo, es el tratamiento y reciclaje de aguas residuales: Israel posee un récord mundial en ese campo, ya que depura el 95 % de sus aguas residuales, de las cuales, casi el 90 % se utiliza en agricultura.
Otro campo en el cual Israel ostenta un récord, es en la prevención de la pérdida de agua en los sistemas urbanos. Mientras que en Israel sólo se pierde un pequeño porcentaje de agua en los sistemas de abastecimiento urbano, en otros países del mundo, este porcentaje puede alcanzar decenas de puntos porcentuales. La paradoja es que, frecuentemente, se trata de países áridos y con escasez de agua, para los que la ausencia de agua disponible representa una carga importante.
En Israel se ha desarrollado una amplia variedad de tecnologías y métodos a fin de evitar la pérdida de agua en los sistemas de abastecimiento, detectar fugas mediante sensores remotos, etc. Si este fuera el “statu quo” en todo el mundo, sería posible reducir y prevenir en gran medida la contaminación ambiental y la destrucción de los sistemas naturales, permitiendo al mismo tiempo que el agua tratada y purificada, fluyera nuevamente hacia la naturaleza y la agricultura. Sería posible reducir simultáneamente, la emisión a gran escala de gases de efecto invernadero, aumentar la resistencia de la agricultura frente al cambio climático, dejar más agua en la naturaleza para que los sistemas naturales que absorben de modo natural los gases de efecto invernadero, funcionen mejor, evitar la destrucción innecesaria de los sistemas ecológicos, como consecuencia de la contaminación o la escasez de agua, y mucho más.
La desalinización del agua de mar, el uso de agua salobre en la agricultura, el riego por goteo, el desarrollo de variedades agrícolas que consumen menos agua, e incluso la extracción de agua del aire, son todos campos que se desarrollan en Israel. En Israel, somos capaces y estamos dispuestos a compartir nuestros conocimientos acumulados y nuestras mejores prácticas con otras naciones de todo el mundo, de modo que, juntos garanticemos que todas las personas del planeta puedan disfrutar del derecho humano esencial al agua limpia y salubre.
La participación de Israel en la reciente conferencia Our Ocean realizada en Panamá, es parte de nuestro compromiso de proteger nuestro ecosistema global. Tuve el honor de anunciar en el evento, en nombre del Gobierno de Israel, que se duplicarán las áreas marinas protegidas israelíes a un área de 685 kilómetros cuadrados. Una muestra de que la protección del agua es indispensable y que juntos podemos aportar a su conservación.
Cabe mencionar nuestra participación en CITESCoP19, donde, junto a Panamá, Kenia y Senegal, presentamos la resolución sobre la protección del pez guitarra.
El agua es vida.
Embajador del Estado de Israel.
Fuente: https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/230322/crisis-mundial-agua-cambio-climatico