El equipo femenino israelí de Lacrosse transmitió al mundo una inspiradora lección de espíritu deportivo.
El equipo compitió en el Campeonato Mundial Femenino de Lacrosse U19 en Peterborough, Canadá. En las eliminatorias contra el equipo nacional de Kenia, Israel ganó fácilmente 13-4. Pero en vez de alegrarse de su victoria, las jugadoras israelíes salieron del juego preocupadas. Ellas entendieron que habían disfrutado de una ventaja injusta: mientras que las jugadoras israelíes usaban zapatillas deportivas último modelo con tapones, sus oponentes de Kenia vestían simples zapatillas de gimnasia.
Después del partido, tres jóvenes jugadoras israelíes llamaron a sus padres para preguntarles si podían colaborar para comprar zapatillas para las jugadoras de Kenia. Sin los tapones adecuados en el calzado, las jugadoras de Kenia se resbalaban en las zonas barrosas del campo de juego. Una jugadora israelí en particular, Ella Duvdevani, tuvo la posibilidad de ayudar. Su padre, Mijael, tiene una clínica pediátrica en los Estados Unidos. A él le preocupó el daño a largo plazo que podían sufrir en sus pies las jugadoras de Kenia por jugar con calzado inadecuado.
Esa noche, Mijael Duvdevani llamó a los entrenadores del equipo, a miembros del comité y a algunos otros padres y muy pronto los padres de las jugadoras israelíes se juntaron para comprar nuevas zapatillas para el equipo de Kenia. Ellos le pidieron a la entrenadora del equipo de Kenia una lista con el número de calzado que necesitaba cada jugadora y le pidieron que lo mantuviera en secreto hasta el día siguiente.
No fue fácil encontrar tantas zapatillas deportivas especiales tan rápidamente. El equipo israelí fue a un comercio especializado que permaneció abierto durante gran parte de la noche y encargó las zapatillas pidiendo que las entregaran rápidamente.
A la mañana siguiente, los israelíes habían logrado comprar zapatillas para cada miembro del equipo de Kenia. Cada miembro del equipo israelí le entregó a su contraparte de Kenia una bolsa con un par de zapatillas deportivas nuevas. Fue un momento muy emotivo. Las jugadoras de Israel y de Kenia se abrazaron y lloraron juntas.
El nexo que se formó es duradero. Lielle Assayag, arquera, dijo: “Esto es lo que voy a recordar dentro de veinte años: a mis amigas. Las viejas y las nuevas”.
Las atletas no buscaron publicidad, pero el equipo de Lacrosse de Kenia publicó un video en Twitter de las mujeres israelíes entregando nuevas zapatillas al equipo de Kenia el día posterior al partido. “Ayer jugamos @Israel_Lacrosse y no teníamos zapatillas con tapones… ¡hoy Israel sorprendió a todo el equipo en el borde de la cancha con zapatillas nuevas con tapones!”, anunció el equipo de Kenia.
A pesar de que el equipo femenino de Lacrosse de Kenia sólo tiene unos pocos cientos de seguidores, el emotivo video se volvió viral. En unos pocos días lo vieron cientos de miles de personas.
Después de ponerse las nuevas zapatillas, Kenia ganó el segundo partido del campeonato, venciendo a Bélgica 16-9. “1 partido con tapones nuevos = 1 ganado!”, publicaron en Twitter, y agregaron: “No puedes ayudar a todo el mundo, pero todo el mundo puede ayudar a alguien”.
Ese comentario hace eco a la declaración de Hilel en Pirkei Avot: “En un lugar en el que no hay líderes, esfuérzate por ser un líder” (Pirkei Avot 2:6). Todos tenemos que dejar una huella donde sea que nos encontremos. Como acaba de demostrarlo el equipo femenino israelí de Lacrosse, a veces incluso un gesto pequeño puede marcar una enorme diferencia en la vida de los demás.