El ‘borrado’ judío se vuelve más frecuente desde el 7 de octubre

Cancelación del encendido de la menorá en campus, falta de voluntad para condenar la violación de mujeres judías y eliminar los símbolos religiosos de los espacios públicos, parece ser un antisemitismo moderno.

Yaniv Pohoryles|Published: 27.12.23, 14:18

El senador Chuck Schumer, líder de la mayoría judía del Senado de Estados Unidos, analizó los temores de los judíos estadounidenses, ante el cuerpo legislativo, en uno de los discursos más contundentes de su larga carrera política.»Después del 7 de octubre, los judíos estadounidenses se sienten señalados, atacados y aislados. En muchos sentidos, nos sentimos solos. La solidaridad que los judíos estadounidenses recibieron inicialmente de muchos de nuestros conciudadanos fue rápidamente ahogada por otras voces. Mientras que los cadáveres de los judíos israelíes todavía estaban calientes, y mientras cientos de judíos israelíes eran llevados como rehenes de regreso a los túneles de Hamás, bajo Gaza, los judíos estadounidenses se alarmaron al ver que algunos de nuestros conciudadanos caracterizaban un brutal ataque terrorista como justificado», sostuvo Schumer.

El senador describió dolorosamente cómo los judíos estadounidenses están siendo excluidos de la esfera pública por grupos que justifican el brutal ataque terrorista del 7 de octubre, a pesar de que los judíos apoyan a varias minorías en sus dificultades. Esto podría estar conduciendo a un «borrado judío», es decir, erradicar símbolos relacionados con el judaísmo e Israel en el mundo. Esto ocurre en varios niveles, básicamente, en el espacio físico.Tomemos como ejemplo la festividad de Hanukkah, que terminó no hace mucho. Se considera una de las fiestas más conocidas y queridas en todo el mundo, incluso entre las comunidades no judías. Muchos líderes políticos y figuras públicas participaron en eventos de encendido de velas, a lo largo de los años, incluido el tradicional encendido de la menorá, en la Casa Blanca. Este año, Hanukkah estuvo mucho menos presente en todo el mundo de lo habitual. La conexión entre la guerra de Israel, en Gaza, y las comunidades judías de todo el mundo hizo que muchos no quisieran participar en la celebración judía, y la menorá se convirtió en un símbolo tabú en algunos lugares.

Eran Shayshon, director ejecutivo de Atchalta, una organización sionista no partidista que se esfuerza por fortalecer la resiliencia nacional y la cohesión social en Israel, sostuvo que un ejemplo de esto se puede ver en la decisión de la Universidad de Alberta, en Canadá, de rechazar una solicitud de colocación de una menorá en el espacio público, como era costumbre cada año. Para que la decisión pareciera lógica, la administración afirmó que eliminaría los árboles de Navidad y cualquier otro símbolo religioso, para evitar enfrentamientos.

Un ejemplo de esto se puede ver en la decisión de la Universidad de Alberta, en Canadá, de rechazar una solicitud de colocación de una menorá en el espacio público, como era costumbre cada año.

–Supongo que la universidad sintió que esto era una oportunidad para tener problemas y decidió evitarlo todo, ¿no?–Hasta el año pasado, había menorás y árboles de Navidad, no sólo en la Universidad de Alberta, sino en muchos lugares. El contexto de borrado y exclusión llega después del 7 de octubre. Ahora, en medio de la guerra de Gaza, cuando un estudiante judío viene y pide representación e inclusión en la esfera pública, como sucede todos los años, de repente deciden en un momento eliminar todo símbolo. Ésta es la exclusión de los judíos, y en lugar de decirlo directamente y ser percibido como antisemita, lo ocultan. Detrás de la cuestión religiosa.

En Canadá, incluso más que en Estados Unidos, lo que está sucediendo es verdaderamente un terremoto, según Shayshon. «La vida en Estados Unidos es un ‘crisol’ que intenta crear algún tipo de persona que sea, ante todo, estadounidense, y sólo después, algo más. En Canadá, la vida es más bien un mosaico, lo que significa que tienes una identidad canadiense pero también otra identidad de otra religión o nacionalidad, y esto es muy característico de la esfera pública. Por lo tanto, tan pronto como una institución grande como una universidad toma tal decisión, tiene una gran importancia», sostuvo.«La vida en Estados Unidos es un ‘crisol’ que intenta crear algún tipo de persona que sea, ante todo, estadounidense, y sólo después, algo más. En Canadá, la vida es más bien un mosaico, lo que significa que tienes una identidad canadiense, pero también otra identidad, de otra religión o nacionalidad.»En la Universidad de Harvard, que se convirtió en un bastión propalestino en Estados Unidos, el rabino de Jabad Hirschy Zarchi, quien presidió el encendido de las velas de Hanukkah en el campus, expresó que le pidieron que guardara la menorá al final de la ceremonia. «Tenemos que esconderla en algún lugar, porque Harvard no nos permitirá dejarla aquí, por la noche, ya que existe el temor de que sea vandalizada y no se vea bien, desde el punto de vista de la universidad, durante las vacaciones», añadió. «Los judíos son vistos como opresores ‘blancos’.»El «borrado judío» no es sólo físico, sino también conceptual. Shayshon explica que «los judíos son vistos como ‘blancos privilegiados’ dentro de la política identitaria que domina en Estados Unidos. Según esta visión, el mundo está dividido en dos, los opresores, que suelen ser ‘blancos’, y los oprimidos , más o menos todos negros y minorías. Esto se debe a la cooperación de todo tipo de grupos minoritarios, cada uno de los cuales libró su propia batalla por separado, pero decidió unir fuerzas, y por eso vemos, por ejemplo, la cooperación de negros con latinos, de feministas con la comunidad LGBTQ. Nos recuerda la dinámica del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, hace más de 50 años, pero con una enorme diferencia. Los judíos eran una parte integral del movimiento de lucha, y hoy se les identifica con el otro lado, los opresores blancos».

–¿Por qué es tan significativa esta identificación?–Esto tiene graves consecuencias para todos los judíos, así como para Israel. El «borrado de judíos» es una de las principales razones del aumento del antisemitismo. Está normalizado y no encuentra una fuerte oposición en la corriente principal estadounidense. «Esto tiene graves consecuencias para todos los judíos, así como para Israel. El ‘borrado de judíos’ es una de las principales razones del aumento del antisemitismo. Está normalizado y no encuentra una fuerte oposición en la corriente principal estadounidense.»La discriminación o el odio hacia los judíos puede compararse con la discriminación contra los negros y otras minorías. En lo que respecta a Israel, el problema es más amplio. Dado que los judíos se definen como «blancos», el Estado judío se clasifica como un «Estado blanco» y, por lo tanto, un colonialista conquistador. No importa en absoluto que la composición demográfica de Israel sea diferente o que lo que está sucediendo aquí esté muy lejos de la definición de colonialismo. El problema más general, por supuesto, es esta distinción binaria que «El blanco es igual al mal». Esto presenta a los jóvenes judíos una encrucijada: o «pasarán al otro lado» y se adherirán religiosamente a valores progresistas, o permanecerán fieles a su identidad judía. Es casi imposible estar en ambos lados.Los judíos están heridos y el mundo guarda silencio.Hace una semana, el Daily Telegraph, de Gran Bretaña, reveló que British Airways retrasó sus planes de transmitir en sus sistemas de entretenimiento la serie de comedia llamada «Hapless», sobre un periódico judío en dificultades. La razón, según el creador de la serie y fuentes adicionales, fue el intento de la aerolínea de no ser percibida como «tomando partido» en el conflicto entre Israel y Hamás. Sólo después de duras críticas, la empresa revocó su decisión. ¿Cómo es que una serie que se transmitirá en un avión es parte del conflicto? Esto es exactamente lo que es el borrado. Todo lo judío se retira de la esfera pública para no generar controversias.

En otro evento, también en Canadá, una profesora judía de la Universidad de Toronto descubrió que su sindicato apoya un evento antiisraelí llamado «Trabajadores Organizados Contra el Apartheid», que pretende ser una protesta contra Israel. La profesora canadiense experimentó un «borrado judío» cuando el sindicato del que es miembro participó en un evento que apoya moralmente a Hamás, una organización terrorista antisemita que pide el genocidio. Entre los miembros del sindicato hay, ciertamente, otros judíos, pero el sindicato de trabajadores, aparentemente, no los percibe como un grupo cuya sensibilidad deba tenerse en cuenta debido a su estatus llamado «privilegiado».Su ocultamiento detrás de la «libertad de expresión» y la afirmación de que los llamamientos al genocidio «dependen del contexto» son el resultado del pensamiento distorsionado de que es posible excluir a los judíos y denunciarlos.Quizás el clímax del borrado fue en las audiencias en el Congreso de los famosos presidentes de universidades de la Ivy League, donde ellos intentaron eludir la pregunta de si los cánticos contra Israel y los judíos en las manifestaciones en los campus son acoso. Su ocultamiento detrás de la «libertad de expresión» y la afirmación de que los llamamientos al genocidio «dependen del contexto» son el resultado del pensamiento distorsionado de que es posible excluir a los judíos y denunciarlos, porque, en realidad, se trata de una cuestión política.Otro aspecto en el que los judíos fueron excluidos desde el 7 de octubre es la cuestión de las violaciones y agresiones sexuales a mujeres y hombres israelíes durante la masacre. Las organizaciones internacionales de derechos de las mujeres ignoraron el tema y la ONU tardó dos largos meses en acordar que se escucharían los testimonios de la masacre. A pesar de esto, hubo un silencio total sobre los acontecimientos y el uso de la violación, como arma por parte de los terroristas en todo el mundo. Sólo una campaña agresiva que salió de Israel, con cierto respaldo internacional, logró agitar un poco a las organizaciones internacionales y hacer que ellas y los medios abordaran el tema.

–¿Qué se puede hacer al respecto?

–Después del 7 de octubre, tenemos la oportunidad de abordar la cuestión del ‘borrado de judíos’. Para ello, una coalición amplia debería rechazar la división binaria simplista del discurso progresista. Esta acción es esencial para que sea posible tener una discusión basada en hechos sobre Israel, en lugar de un discurso distorsionado e ideológicamente sesgado.

Fuente: https://www.ynetespanol.com/actualidad/mundo-judio/article/hkeg36fp6