Shimon Samuels y Ariel Gelblung, director de Relaciones Internacionales y representante para América Latina del Centro Wiesenthal respectivamente, enviaron una carta este martes al secretario general de la OEA, Luis Almagro, sobre la noticia de que el canciller iraní Yavad Zarif ofreció el envío a Venezuela de tropas de la Guardia Revolucionaria (recientemente calificada como «organización terrorista» por Estados Unidos) para proteger al régimen de Nicolás Maduro.
«La aceptación de la oferta iraní por parte de Venezuela, sumado a la reciente llegada de militares y armamento ruso, replica la alianza que mantuvo en el poder a Assad e hizo la guerra a su propio pueblo», señaló un comunicado del Centro Wiesenthal publicado este martes.
Shimon Samuels destacó la oportunidad que representa el ofrecimiento de Irán. «El anuncio, a pocos días de haberse reanudado los vuelos entre Teherán y Caracas, conocidos por ser utilizados como vía de transporte de armas, terrorismo y narcotráfico, eleva el nivel de conflicto de todo el hemisferio occidental llamando a la acción para prevenir que Venezuela no se convierta en la Siria latina».
«El llamativo silencio de todos aquellos que sostienen a Maduro ante la ya existente presencia cubana, la reciente llegada de militares rusos y el anuncio de oferta de Irán, es la aceptación de una intervención extranjera en el territorio de América Latina», enfatizó Ariel Gelblung.
«La OEA debe actuar para prevenir el transplante de Medio Oriente a las Américas», concluyeron los funcionarios en su misiva a Luis Almagro.
La teocracia de Irán le ofreció a Nicolás Maduro un servicio alarmante: miembros de su Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) podrían participar de la protección de la dictadura que comanda, de acuerdo a datos obtenidos por Infobae. La inquietante oferta se realizó en la última semana y prometió ser evaluada -y tal vez aceptada- por el chavista. Ese cuerpo armado fue declarado recientemente por los Estados Unidos como grupo terrorista y es uno de los principales promotores del fundamentalismo en Medio Oriente y el resto del mundo.
La presentación fue hecha por el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif a Maduro, quien anticipó que aceptaría gustoso el convite en momentos de tanta debilidad de la administración caraqueña. La IRGC es una fuerza especial de Teherán dedicada a operaciones fuera de las fronteras de su país.
Con el cuerpo de elite formado por las Fuerzas Quds, Irán operó en la reciente guerra civil de Siria, aplastando a los opositores rebeldes a la dictadura de Bashar Al-Assad. Lo hizo conjuntamente con Rusia. No está aún claro si el ofrecimiento se hizo con conocimiento de Moscú, aunque es probable.
Durante el sanguinario conflicto armado sirio quién más se destacó fue el actual comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qassem Soleimani, uno de los generales más preparados que responden de forma directa al Ayatollah Khamenei. El militar es una pieza fundamental en la planificación exterior del régimen teocrático iraní. A tal punto que por él pasan todas las decisiones militares en el resto del mundo, incluido América Latina.
La propuesta de Zarif a Maduro coincide con otro preocupante dato: el reinicio de los vuelos entre Teherán y Caracas. Son conocidos como «aeroterror» por el tráfico de armas y drogas que representan. El pacto se firmó en la última visita que hizo el titular del Departamento para las Américas del Ministerio de Exteriores de Irán, Mohsen Baharvand quien actuó como portavoz del canciller.
El primer vuelo de Mahan Air hacia la capital venezolana partió del Aeropuerto Internacional Imán Khomeini el pasado lunes 8 de abril uniendo Teherán con esa ciudad. En su interior viajaba Baharvand para entrevistarse con Maduro. Junto con él, una comitiva para asesorar al chavista en momentos de crisis. También ejecutivos de la línea aérea, quienes se reunieron con sus pares de Conviasa para ultimar detalles de la nueva unión.
El ofrecimiento iraní encendió las alarmas en toda la región. Es que a la presencia de militares rusos -a los que se unirían nuevos envíos de tropas y tecnología en las próximas semanas-, ahora el dictador chavista sumaría formalmente a uniformados iraníes, los mismos que controlan, por ejemplo, Hezbollah una organización terrorista con amplios lazos con el régimen caraqueño. La «sirialización» tan temida de Venezuela está en marcha.