Resulta imposible confiar en la UNRWA, cuyo principal destino presupuestario es el pago a una inútil y parasitaria burocracia enquistada en la zona
Hace poco, el gobierno de Emiratos Árabes Unidos anunció la reducción de su ayuda a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Casi simultáneamente, Raquel Martí, directora de UNRWA España, en una especie de chantaje, tuiteó: “Aquellos que abogan por la desaparición de UNRWA deberían darse cuenta que ello desataría un desastre humanitario”.
En contexto, durante 72 años, UNRWA es responsable de haber perpetuado la situación palestina: desde 1949 rechaza poner en práctica los protocolos estándares para lograr una solución real y permanente. Así ha mantenido la ilusión del “retorno”, lo que significa preservar la obsesión entre la población palestina por la destrucción de Israel. De hecho, hace un mes, una investigación reveló que UNRWA incluyó contenidos antisemitas en los textos escolares para los alumnos de las escuelas en Cisjordania y Gaza que fueron impresos durante la pandemia de coronavirus. El Instituto IMPACT, a cargo de dicha investigación, halló incitación al odio, promoción de la yihad y acusaciones contra los acuerdos de paz con Israel.
El director del Instituto IMPACT, Marcus Shef, señaló: “A través de su material, la UNRWA es un socio en la radicalización de niños que glorifican a terroristas, alientan la violencia y esgrimen libelos de sangre”. Por este caso y otros como el que, en sus instalaciones, se almacenan armas y se lanzan cohetes contra ciudades israelíes, UNRWA podría ser acusada de crímenes de guerra.
El error está en la propia definición de la UNRWA que incumple la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados,pues viene extendiendo ese estatus de padres a hijos, en una cadena sin fin; de los 700.000 palestinos que, en sus inicios eran considerados refugiados, ahora afirman que son más de 5 millones; así, dicha agencia consolidó y perpetuó la condición de refugiados. En contraste, el objetivo de la ACNUR, la agencia de la ONU para todos los refugiados del mundo, es lograr que dejen de serlo.
Resulta imposible confiar en la UNRWA, cuyo principal destino presupuestario es el pago a una inútil y parasitaria burocracia enquistada en la zona y cuyo interés no se centra en construir un verdadero desarrollo en Cisjordania y Gaza, sino continuar eternizando el conflicto.
Fuente: https://www.eluniversal.com/el-universal/90234/el-fraude-de-la-unrwa