El paraíso de las hienas

POR REDACCION RADIO JAI
HACE 2 HORAS 
EN COLUMNISTAS

Este lunes se conmemoraron en casi todo el mundo los 80 años desde que el 27 de enero de 1945, los rusos entraron a Auschwitz y se encontraron con el horror que hasta hoy resulta muy complejo describir, aunque sea aproximadamente en palabras. Hubo muchos discursos en Congresos, Ministerios, en Auschwitz mismo y en la sede de Naciones Unidas. Sin minimizar a nadie, salvo las expresiones contundentes del presidente de Israel Isaac Herzog en Nueva York, ninguno llegó a la descripción de lo que fue el terror nazi, algo que si dan por hecho que todos saben es un error fatídico, y si, por el contrario, creen que ya no es necesario hundirse en el pantano de la realidad, es una omisión incalificable.

Vladimir Letnikov, uno de los tantos soldados rusos que cruzó el portón de Auschwitz hace 80 años le escribió a su mujer: “Ayer examinamos uno de los campos de exterminio para 120.000 prisioneros. Postes de dos metros de alto con alambrada electrificada encierran al campo. Además, los alemanes pusieron minas en todos lados. No muy lejos de las barracas hay un crematorio. ¿Puedes imaginar cuántas personas deben haber quemado los alemanes ahí? Al lado de este crematorio destruido, hay huesos y enormes cantidades de zapatos apilados que llegan a varios metros de altura. Hay zapatos de niños en la pila. El horror es total, imposible de describir”. Había más por supuesto que todo eso: doce vagones de tren repletos de cochecitos de bebé, listos para ser enviados a Alemania, por ejemplo. Aquello era Auschwitz y no era todo. Entre las pilas de huesos, cenizas, zapatos, ropa y pelo, vagaban como espectros los sobrevivientes, los que podían caminar. El resto, debilitados por el hambre y la enfermedad, esperaba en sus barracones y muchos murieron ese día, sin enterarse que los nazis ya no estaban más.

Auschwitz era un complejo de tres campos principales y treinta y nueve campos subalternos. Auschwitz II-Birkenau fue el campo de exterminio per se en el que murieron la mayor parte de los prisioneros.

Las cámaras de gas estaban diseñadas como grandes salas de baño, con duchas falsas, en lo alto. Les decían a las víctimas que iban a recibir una ducha y con los prisioneros dentro y las salidas selladas, se arrojaba el gas. Veinticinco minutos después sacaban los cadáveres que eran despojados de dientes de oro, el cabello, anillos, colgantes y llevados a los crematorios. Esto es lo que presidentes latinoamericanos dicen que hoy ven en Gaza en un ataque de paroxismo del odio antijudío que no es nada lejano a lo que sentía el comandante de Auschwitz orgulloso por el número de judíos que exterminaba a diario.

El Premio Nóbel de Literatura, fallecido hace unos años, Imre Kertesz, sobreviviente de Auschwitz y Buchenwald dijo y escribió:” Auschwitz es inagotable. Todo está allí y todo queda. Todo se detiene en la antesala de las cámaras de gas, porque nadie ha tenido esa experiencia; pero, gracias a la literatura, cuando recreo los horrores vividos, me resulta más fácil soportarlos porque expulso de mí el horror de forma literaria.

En mi novela «Fiasco» recuerdo a Ilse Koch, esposa del comandante de Buchenwald. Aunque se la pueda describir como un personaje diabólico, no tenía la grandeza del demonio, no era un personaje de Dostoievski. A ella le gustaba hacerse lámparas con piel humana y coleccionaba cabezas jibarizadas. En su mundo el asesinato era una ventaja y se liberó su fantasma. Encontró a su dios que le permitía todo, pero tan sólo era una mujer primitiva que se entregó a esa posibilidad absoluta. Una dictadura permite estas situaciones porque se pierde el sentido de la realidad”. Justamente Kertesz señala que el Holocausto expresa aquello de lo que es capaz el ser humano; y tendría que ser una lección para aprender a defenderse del terror, ese absurdo capaz de bloquearnos, empequeñecernos y dominarnos. Porque el terror siempre estará con nosotros, como un animal al que pueden despertar… el terror es el principal medio para dominar al hombre. Y cada vez hay más medios para ello.

Este lunes pasado se volvió a escuchar la expresión “nunca más”. “Nunca más” ¿qué? ¿A los humanos convertidos en cenizas? ¿A dictaduras que como escribió Kertesz, con un demencial sentido de la realidad jibarizan hoy, sí, hoy, a los que considera sus enemigos mientras otros miran, callan y algunos asienten? ¿Nunca más al terror, una de las fuerzas predominantes en este siglo 21 en varios continentes? ¿Nunca más universitarios construyendo campos de tortura y muerte o haciendo experimentos con humanos? Kertesz y otros sobrevivientes de la Shoá aún antes que él, ya vieron que este universo en el que sobrevivimos hoy transcurre entre la razón y el fanatismo. Y allí sí apuntó el presidente de Israel este lunes pasado desde el podio de la ONU. Dijo: “El Holocausto fue la mayor catástrofe en la historia de nuestro pueblo y de toda la humanidad, pero fue precisamente de la destrucción inimaginable que surgió una voz que reverberó en toda la familia de naciones. Una voz que pedía reparación, sanación y construcción de articulaciones. Una voz que condujo tanto a la creación de las Naciones Unidas como a los tribunales internacionales, así como a la creación del Estado de Israel, con el apoyo de la familia de naciones y con el logro de la justicia histórica. Pero este faro moral ha sido erosionado una y otra vez. Hoy nos encontramos una vez más en una peligrosa encrucijada en la historia de las Naciones Unidas, donde en lugar de luchar valientemente contra una epidemia global de terrorismo yihadista, asesino y despreciable, esta Asamblea ha demostrado repetidamente su bancarrota moral. Foros e instituciones internacionales como la Corte Penal Internacional optan por una hipocresía escandalosa para proteger a los autores de atrocidades. Difuminan la distinción entre el bien y el mal y crean una simetría distorsionada entre la víctima y el monstruo asesino. Esta es una llamada de atención urgente para toda la humanidad: el antisemitismo, la barbarie, la crueldad y el racismo siguen prosperando aquí en la tierra. Prosperan porque demasiadas de las naciones representadas aquí no los confrontan, no los condenan unánimemente y no luchan contra ellos.”

La llamada que reclamó Herzog hace ruido y no se oyen contestaciones. No fue casualidad sino un gesto elocuente que Herzog no saludara al secretario general de la ONU una vez finalizada su exposición. Guterres, sus empleados y los países a los que el presidente Herzog hizo referencia son los que dijeron que el ataque de Hamas del 7/10 fue en un contexto. Auschwitz también fue en un contexto. Empezó por la cobardía cuando Francia e Inglaterra entregaron Checoeslovaquia a Hitler; siguió con la acumulación de complicidades pronazis por toda la Europa ocupada acompañada de un Vaticano mudo y de miles ayudando a los nazis no sólo a hacer posible Auschwitz sino además a hacerlo funcionar a toda velocidad.

El contexto para Hamas ha sido el repugnante apoyo de la ONU a la manifestación constante y por décadas de Irán de que su objetivo era, es y será exterminar al pueblo judío. El contexto para Hamas ha sido poder volver 80 años atrás y quemar bebés; atar a madres e hijos y quemarlos vivos en sus viviendas; secuestrar bebés y niños y matarlos; secuestrar adolescentes y violarlas antes de matarlas.

Mientras, en el paraíso de las hienas acusaban a Israel de genocidio que hoy hasta Hamas tiene que negarlo porque ha decidido proclamar victoria en la guerra que ni de lejos ha terminado. Contexto es que todo el planeta vio una grabación e igual decidieron intentar quitarle a Israel el derecho a defenderse. Un mínimo trozo de esa grabación:
“-Hola papá. Te hablo desde Mefalsim (un kibutz cerca de la Franja de Gaza). Abrí mi WhatsApp ahora y vas a ver todos los que matamos. ¡Mira a cuántos maté con mis propias manos! ¡Tu hijo mató judíos! Es dentro de Mefalsim, papá. -Que Dios te proteja-, contestó el padre. -Papá, te estoy hablando desde el teléfono de una mujer judía. La maté a ella y a su esposo. Maté a diez con mis propias manos. Papá, ¡diez con mis propias manos! -Oh, hijo mío, Dios te bendiga -Que Dios te traiga a casa a salvo -Mamá, tu hijo es un héroe. -Mata, mata, mátalos… (dice la madre).

El lunes pasado recordamos Auschwitz. El lunes pasado recordamos que las ideas que llegaron hasta Auschwitz no quedaron allí. El lunes pasado el presidente del Estado de Israel no le dio la mano al secretario general de NNUU porque están manchadas al igual que todas las manos de quienes siguen pensando, aunque no todos lo digan, que otro Auschwitz podría ser posible. Nos lo demuestran sin pudor desde el 7/10/23 todos los días.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

Fuente: https://www.radiojai.com/index.php/2025/01/30/180113/el-paraiso-de-las-hienas/

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