POR REDACCIÓN RADIO JAI HACE 6 HORAS EN COLUMNISTAS
Esta semana no ha sido la primera vez (ni será la última) que Israel debe (en uso de su derecho a legítima defensa) atacar al terrorismo palestino. Dijimos hace una semana que el preso palestino que estaba en una cárcel israelí no era preso político de nada, sino un vil asesino. Y dijimos también que era muy probable que la Yihad Islámica (protegida y armada por Irán y un desafío constante a Hamas en Gaza) hiciera lo posible por tirar cohetes contra civiles israelíes a consecuencia de que consideraban al fallecido (luego de 86 días de huelga de hambre) un líder que había que vengar. Y así pasó. Tiraron hace una semana 130 cohetes fundamentalmente contra Sderot, e hirieron a 12 civiles israelíes, incluyendo un obrero chino con residencia temporal y permiso laboral.
En distintos ámbitos (sean analistas o políticos) hubo sorpresa porque pasaron un poco más de 72 horas sin que el gobierno de Israel actuara. Para sorpresa de muchos, Israel sí actuó el lunes y eliminó a tres de los jefes de la Yihad con un prontuario de asesinatos enorme; uno de ellos, en 2004 a una madre israelí embarazada y a sus cuatro hijos. Todo un héroe para los palestinos. El silencio cuando los civiles israelíes fueron heridos por los cohetes de hace una semana fue tan sepulcral como siempre. La indignidad de las dictaduras que odian a Israel no es ya un tema sino una realidad a enfrentar 24/7. La indignidad de grandes democracias es una afrenta nauseabunda. Pero este lunes sí saltó el mundo, ese que se arrellana en los sillones de la ONU de Nueva York y Ginebra, para condenar a Israel. Los niños israelíes víctimas de los cohetes de la Yihad no merecen consideración para los hipócritas con grandes salarios; sólo las víctimas civiles que caen junto a los terroristas porque éstos los usan como escudos humanos.
Jordania, Egipto, varios europeos, las dictaduras latinoamericanas parece que habían creído que porque Israel ha elegido otro gobierno hace pocos meses y hay una controversia profunda sobre una reforma judicial, el gobierno israelí iba a actuar distinto frente al terrorismo. Mucho más que un error, es una estupidez. La seguridad es un tema existencial para Israel, no importa quien gobierne. Lo que tampoco comprenden algunos y no quieren admitir otros, es que nadie en Israel va a aceptar la inmoralidad de estos gobiernos que se creen jueces pero que no se miran al espejo, cuando intenta equiparar la defensa de Israel de sus ciudadanos con los objetivos terroristas de matar israelíes donde sea y como sea, y después festejarlo.
Intentemos ser claros: las respuestas de Israel esta semana contra Yihad Islámica no van a resolver el permanente conflicto con los terroristas que dominan Gaza. Es necesario tener muy presente que Gaza es gobernada por Hamas luego de un golpe de estado del grupo contra la Autoridad Palestina, su régimen dictatorial no tiene mucho que envidiar a las bestialidades que hace su mentor Irán con la población civil, en especial, contra las mujeres y las niñas. Hamas comparte la dictadura con Yihad y otros grupos menores, todos muy armados por Irán. O sea, Israel tiene pegado a su frontera un territorio dominado por terroristas. No hay una guerra entre estados. Hay un Estado democrático defendiéndose contra asesinos armados por otra dictadura, y eso no tiene final que se avizore. Sí tiene enfrentamientos armados sin final, ya que, para Hamas y Yihad, el final es el que proclaman los Ayatolas: que Israel desaparezca del mapa.
Y otro intento nuestro de ser también muy claros con especulaciones políticas inexistentes. El enfrentamiento de Israel con la Yihad no tiene nada que ver con temas de política interna en Israel. Como ya lo expresamos, cualquier gobierno israelí actúa, ha actuado y actuará de esta manera cuando sus civiles son atacados por olas de cohetes. Lapid y Gantz corroboran lo que estamos diciendo con sus mensajes de concordancia. ¿Por qué muchos observadores se han preguntado el motivo por el cual Hamas no ha participado? Observan mal. Hamas no ha mostrado la cara abiertamente esta vez, pero no es muy difícil comprobar su apoyo logístico, más allá incluso de sus declaraciones de léxico habitual sobre venganzas y otras ilusiones. Hamas gobierna Gaza y las dictaduras no se comparten. Incluso a pesar de que el gobierno egipcio muy apurado por decir algo contra Israel para sus tribunas extremistas, haya cometido el disparate de decir en un comunicado oficial que Gaza está ocupada por Israel. A veces, hasta el odio puede provocar que se haga el ridículo.
El Consejo de Seguridad llamó el martes a una reunión urgente. No es nuevo. Es la cuarta vez en lo que va de 2023 que lo hace, pero jamás cuando Israel es atacado y tiene víctimas civiles. ¡Y vaya si el terrorismo palestino ha asesinado civiles israelíes en los 4 primeros meses del año! Pero en ese contexto, nadie en el Consejo de Seguridad se preocupa mucho. Son israelíes asesinados, al fin y al cabo. Pero si Israel responde, como esta semana, ahí corrieron China y Francia para hacer la convocatoria. No escucharon mal. China y Francia. ¿Qué pueden lograr? Lo mismo que hasta ahora. Darle fuerzas a los terroristas que se sienten protegidos, que saben que pueden usar a sus propios hijos como escudos humanos, porque igual, pase lo que pase, desde los foros de mullidos asientos, el terrorismo es impune.
Pero esto no es suficiente. Siempre aparece un escalón más para subir, una inmoralidad más que ejecutar, un acto despreciable más para llevar a cabo. Hace 75 años, Naciones Unidas votó la Resolución 181 y creó 2 Estados, un Estado judío y otro árabe. La liga árabe no aceptó y decidió exterminar a Israel de entrada, sin esperar. Pero fracasó. No pudo con Israel e Israel hoy está cumpliendo 75 años de vida independiente, libre y en un Estado democrático. Hasta ahora, cuando en mayo se celebra la Resolución 181, los palestinos, apoyados por la Liga Árabe, consideran que el día que aprobó la resolución debe recordarse como el día de la catástrofe. 75 años después, el organismo que creó a Israel, en lugar de felicitarlo por lo que es y ha logrado, ha decidido abrir sus puertas este lunes 15 de mayo, para que se haga un evento sobre el día de la catástrofe. Cuando la razón se hunde en la sinrazón pasan estas cosas. El que creó legalmente el Estado de Israel, 75 años después pretende borrar lo que hizo y abrir una nueva página de vergüenza, deshonor y una falta absoluta de respeto de la ley internacional al tiempo que justificar con este hecho y otros (como lo que deja hacer a Rusia en Ucrania) que su existencia hoy ya no es así viable. No al menos como foro que respalda Estados que cometen crímenes de guerra, menos como lugar donde las dictaduras y el terrorismo son bienvenidos.
A raíz de la Resolución 181, un millón de judíos fueron expulsados violentamente de los países árabes donde residían. Eso no es motivo de ejercicio de la memoria por la sesgada y torcida ONU. No todos los países entrarán a este repugnante espectáculo de incitación al antisemitismo del lunes próximo. Cuando se aprobó en noviembre pasado hacer este acto de barbarie, la mitad de los miembros la aprobaron, otros se abstuvieron, otros votaron en contra. Pero de cualquier forma será un ataque directo de la ONU contra Israel. Así de simple. La línea roja ya se cruzó. Y ante ello, Israel hará lo que debe: defenderse de los que lo atacan y volver a comprobar como lo ha hecho por 75 años dónde están los que creen en democracia y libertad y cuántos se siguen sumando al coro internacional antijudío que conducen dictaduras y terroristas.
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