El líder religioso se refiere a la cultura y tradición de la fiesta del Séder de Pésaj, la Pascua judía, que une a la comunidad judío-panameña a partir del viernes. Aborda la crucifixión de Jesucristo desde la concepción de la fe
Así como los cristianos recordamos la vida y muerte de Jesucristo, en Semana Santa, otras religiones abordan el periodo de manera distinta. El judaísmo, por ejemplo, conmemora el Pésaj, que es la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. La comunidad judía panameña, compuesta por unas 13 mil miembros, ha estado presente en el país desde antes de la separación de Panamá de Colombia. Y han logrado integrarse a la idiosincrasia nacional conservando su identidad y cultura, y aportando su compromiso y deseo de progreso. Hoy, “Jueves de Entrevista” de La Estrella de Panamá conversamos con Gustavo Kraselnik, líder espiritual de la congregación Kol Shearith Israel y representante de la comunidad judío-panameña en el Comité Interreligioso y del Congreso latinoamericano para el diálogo interreligioso en Centroamérica y el Caribe. Nos habla de la cultura y la tradición religiosa que une al pueblo judío el próximo viernes. El religioso también aborda la crucifixión de Jesucristo desde la concepción de la fe.
¿Cómo llega el judaísmo a Panamá? ¿Cómo se ha integrado a la idiosincrasia nacional?
Sabemos de la presencia de judíos en la época de la colonia. De hecho, en el museo de Panamá Viejo se acaba de inaugurar una pequeña exposición sobre judaizantes, es decir, personas acusadas por la inquisición de practicar el judaísmo.
En términos más contemporáneos, la presencia judía comenzó a manifestarse a partir del siglo XIX, como mucha gente que llegó al país en esa época, porque era parte de la ruta de oro y después la construcción del ferrocarril interoceánico y del canal francés, etc.
Al haber una población judía que principalmente llegó de las islas del Caribe, que son judíos hispanos portugueses, que después de haber salido de España y Portugal pasaron por Holanda y llegaron a Curazao, Jamaica y Saint Tomás. Y desde las islas llegaron a Panamá y vieron la necesidad de tener un cementerio para dar entierro, de acuerdo al mandato de la tradición judía, crearon la congregación Kol Shearith Israel en mayo de 1876, como una sociedad fúnebre.
También un grupo que se instaló en la ciudad de Colón y algunas décadas después, en 1890, crearon la congregación sagrada Kahal Kadosh Yangakov.
Diría que a partir del siglo XIX empieza a ser manifiesta la presencia judía en Panamá, quizás porque eran cosmopolitas, porque llegaban del Caribe y tenían conexiones con otros judíos, en otras capitales y ciudades de la zona, y se integran rápidamente y participan activamente en el devenir de la sociedad, del proceso de separación de Colombia, de la vida comercial, intelectual, artística y científica de la nación.
Hemos llegado a tener dos presidentes de la República de origen judío, lo que es un testimonio de esa plena integración que sigue hasta nuestros días.
¿A qué expresidentes se refiere?
Max y Eric Arturo Delvalle (tío y sobrino)
¿Cuál ha sido la herencia cultural del pueblo judío en Panamá?
Los judíos lograron integrarse plenamente en la sociedad conservando su identidad. La sociedad panameña es un mosaico compuesto por distintos grupos de orígenes étnicos, culturales y religiosos, bien diversos. Yo creo que esa es la gran riqueza que tiene la sociedad panameña, en donde cada uno, sin perder su identidad, puede aportar al desarrollo de toda la sociedad.
Los judíos trajeron su compromiso, su decisión de progreso, su dedicación al trabajo, sus buenas costumbres y su cultura general. Creo que eso contribuyó, al igual que otros grupos muy destacados, a establecer las bases de la sociedad panameña de hoy.“Los padres de la iglesia reciben el texto bíblico, mayoritariamente con su traducción al griego. Y no por el texto hebreo original. Y allí se pueden apreciar algunas pequeñas diferencias, algunos textos agregados. La principal diferencia es toda la parte de los evangelios en adelante, que es propia de la Iglesia católica, y eso no forma parte de la biblia hebrea”.
¿Cómo ha sido esa comunión entre la diversidad de religiones de la sociedad panameña?
En Panamá existen diversas confesiones religiosas, desde tiempos muy antiguos y siempre ha habido una convivencia fraterna y respetuosa, que está plasmada por la propia Constitución Nacional, que establece la libertad de culto.
Hay una serie de estampillas del año 62, si no me equivoco, donde aparecen retratadas distintas casas de cultos. Y hay una segunda edición en el año 89. Esto demuestra la realidad: la diversidad religiosa existe y es reconocida por la sociedad. Yo diría que en los últimos 20 años hemos avanzado para que esa convivencia armónica se transforme en respeto y en interacción. A través del comité interreligioso de Panamá, las diversas tradiciones nos reunimos, conversamos y aprendemos unos de otros. En ciertos temas decidimos actuar en beneficio de la sociedad, reconociendo nuestra diversidad, pero reconociendo también que tenemos cosas en común.
Un ejemplo muy emblemático es lo que ocurrió en junio de 2016, cuando se inaugura el tercer juego de esclusas del Canal de Panamá. Ese día, que Panamá eligió mostrarse al mundo, recordemos que el acto comenzó con una ceremonia multirreligiosa, en donde tuve el privilegio de dar una breve bendición en hebreo, en nombre de la comunidad judía. Pero allí también estaba el imán musulmán, el obispo ortodoxo griego y episcopal y, por supuesto, el católico. Así que ese es un ejemplo de cómo la sociedad percibe de manera positiva la idea de que más allá de las diferencias, que claramente las tenemos, podemos estar juntos y construir juntos. Y eso es lo que la sociedad tiene que hacer, es decir, conocer que somos diversos, pero que eso no impide que tengamos objetivos comunes, metas comunes y el deseo de construir un espacio mejor para todos nosotros y lo que nos rodea.
De la misma manera en que los cristianos conmemoramos la pasión de Jesucristo, en la Semana Santa, hay otras religiones que abordan el periodo de otra forma. ¿Cómo lo hacen los judíos?
Nosotros estamos celebrando la Pascua judía, que corresponde a la liberación de la esclavitud de Egipto, de acuerdo con el relato bíblico del libro de Éxodo. De hecho, la Pascua es la que sienta las bases para lo que posteriormente va ser la Pascua cristiana.
Y es necesario comprender lo que es la Pascua judía para dimensionar lo que después, en la tradición cristiana, se termina celebrando en la Semana Santa. Como dice el Nuevo Testamento, la celebración de la última cena no era otra cosa que la celebración del Séder de Pésaj, que es la cena ceremonial para celebrar la Pascua judía.
¿Cómo es el ritual de la Pascua judía?
Es muy bonito. La Pascua dura ocho días, en los que el elemento central es la prohibición de comer comidas con levadura. Cuando salimos de Egipto, relata el libro de Éxodo, no hubo tiempo para dejar leudar [fermentar] la masa y entonces comimos el pan ácimo, que es el característico de las fiestas. Es el pan de los esclavos y de la pobreza. Ese es el pan que se parte y se comparte.
Pero la celebración principal de la Pascua ocurre en el hogar. Las primeras dos noches, con cenas ceremoniales, que siguen un protocolo muy definido con comidas muy atípicas, como hierbas amargas para recordar la esclavitud, o una pasta color chocolate que se llama jaroset, que recuerda la masa con la que los israelitas construían las ciudades cuando eran esclavos.
¿Cuál es el objetivo central de la cena ceremonial?
El objetivo de la cena ceremonial es por un lado revivir la historia de la liberación: comenzamos como esclavos y terminamos la noche como hombres libres, que atravesamos nosotros propiamente la redención divina.
El segundo elemento es contar a nuestros hijos, como lo establece el libro de Éxodo, lo que Dios hizo cuando me rescató de la casa de la esclavitud.
La cena tiene un montón de recursos pedagógicos, entre ellos, canciones, comidas llamativas y momentos atípicos para despertar la curiosidad de los niños. Ello para que pregunten por qué la noche es diferente a las demás. Y en ese juego e interacción de preguntas y respuestas, cumplimos el objetivo de transmitir a las siguientes generaciones. Así se forma la identidad de las generaciones siguientes.
Por eso Pésaj, la Pascua, ocupa un lugar tan importante en el calendario ritual. De hecho, diría que es la celebración más importante, en donde recordamos la historia, pero también miramos hacia el futuro.
¿Jesús, una realidad o construcción teológica?
Jesús nació, vivió y murió como judío. Si algunas de sus enseñanzas eran distintas a la opinión de líderes religiosos de la época, ¡es posible! Y es posible que este era un fenómeno muy extendido. Recordemos que antes de la era común y el siglo I se caracterizaba por la diversidad de grupos de opiniones y de expresiones dentro del pueblo judío. En ese sentido, está clara la raíz judía de Jesús.
Por supuesto, después las interpretaciones de sus enseñanzas, su legado y todo lo demás, son tomadas como punto de partida para el cristianismo. Entonces, por supuesto que hay diferencias claras con el judaísmo.
En la tradición judía, el monoteísmo radical, por llamarlo de alguna manera, establece que Dios no puede tener ninguna forma, de ninguna clase. Por tanto, la idea de que Jesús es hijo de Dios, en sentido literal, marca un punto de quiebre en la partición de aguas, en relación a la tradición judía.
¿Cuál es la concepción del Mesías, en la tradición judía?
Es una idea muy poderosa que se origina como consecuencia del siglo babilónico, en el VI, en la tradición judía y la esperanza de la restauración de la casa de David, la monarquía, la soberanía judía y la tierra de Israel. Y es una esperanza que seguimos teniendo, de que va a llegar ese tiempo mesiánico.
A lo largo de la historia ha habido personas que se proclamaron mesías, que fueron proclamadas, pero esto no se ha concretado. Por lo tanto, seguimos con esta esperanza que está muy relacionada con la Pascua.
¿Cómo está relacionada?
La Pascua es en realidad el prototipo de la redención futura que estamos esperando. Durante la celebración de la Pascua, casi al final, en la cena hogareña, se abre la puerta y se entona la presencia del profeta Elías. De acuerdo con el relato, el profeta no muere, sino que sube al cielo en una carroza de fuego y es precisamente quien va a anunciar la llegada de la época mesiánica.
De esta manera, hay una conexión donde la Pascua Pésaj, que tiene que ver con el pasado (la liberación de Egipto) y esta utopía de la esperanza mesiánica del futuro.
¿Qué certeza existe sobre la crucifixión de Jesucristo?
Ese es un tema de fe. No me corresponde a mí dar una opinión puntual de un tema de fe de otra tradición religiosa. Aunque creo que la pregunta es valiosa para entender que cuando estamos en el campo de la fe hay una paradoja y es que no tenemos certeza. Creer en algo no implica tener certeza. Es más una intuición, una convicción, pero precisamente no es un hecho concreto. En el campo de la fe, la verdad está determinada por mi convicción.LÍDER RELIGIOSO
Miembro del Think Tank de ADEN University
Nombre completo: Gustavo Kraselnik
Nacimiento: 13 de diciembre de 1968
Ocupación: Líder espiritual
Creencias religiosas: Judío
Cónyuge: Casado con Ruth
Resumen de su carrera: Se desempeñó como rabino de la Comunidad Israelita de El Salvador desde 1996 hasta 2002. Se graduó de licenciado en administración de empresas de la Universidad de Buenos Aires (1994). Participó del programa “Senior Educators” del Centro Melton para la Educación Judía de la Universidad Hebrea de Jerusalén y es miembro de la Iniciativa de Liderazgo Centroamericana (CALI) y del Aspen Global Leadership Network. Es profesor de la cátedra de estudios judaicos de la Universidad Santa María la Antigua (USMA).
Fuente: https://www.laestrella.com.pa/nacional/220414/gustavo-kraselnik-pascua-judia-recordamos