- Daniel Shamah opinion@laestrella.com.pa
13/11/2023 13:47
La agenda de los Ayatolas tiene al antisemitismo como a uno de sus ejes centrales
Persia es una tierra tan antigua como la civilización misma. En ella habitan persas, azaríes, kurdos, luros, turcómanos, árabes y balochis quienes, entre otras minorías étnicas y religiosas, componen el crisol de la hoy llamada República Islámica de Irán, un país bajo un régimen teocrático en el cual los derechos humanos son sistemáticamente violados por las autoridades que reprimen, arrestan y asesinan a todo aquel que represente una amenaza para la hegemonía del régimen de los Ayatolas instalado desde 1979.
Con un suelo rico en petróleo y gas, Irán es protagonista privilegiado del ajedrez en la geopolítica mundial. Su hostilidad hacia sus vecinos, apoyo al terrorismo internacional, ambiciones nucleares, ajusticiamiento de opositores al régimen en el exterior y secuestro de ciudadanos occidentales con el fin de negociar su futura liberación, le ha hecho merecedor de justificadas sanciones internacionales, mismas que ha logrado sortear gracias al desarrollo de tecnologías tanto propias como importadas y a la negligencia de algunos gobiernos occidentales quienes, al ver el potencial económico iraní y al no querer sufrir la embestida de sus sicarios, ven de lado mientras Irán oprime a su pueblo con su temida Guardia Revolucionaria Islámica.
A ello, sumemos el abandono del Medio Oriente por parte de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, creando un vacío en el que Teherán expandió su influencia en la región por medio de satélites terroristas como Hezbollah en Líbano, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen y las milicias pro-iraníes en Iraq y Siria, todo ello acompañado del establecimiento de alianzas militares, políticas y económicas con Rusia y China, gobiernos hostiles a occidente y también sancionados, situación que llevó a la formación del eje Moscú-Beijing-Teherán en contra de la seguridad global.
La agenda de los Ayatolas tiene al antisemitismo como a uno de sus ejes centrales. No es posible que su ministro de cultura haya proclamado día festivo los 7 de octubre festejando la masacre de Hamás en contra de Israel y que en paralelo su país haya sido nombrado presidente del Foro Social de los Derechos Humanos de la ONU, una bofetada contra los miles de asesinados por la teocracia medieval. Irán niega el Holocausto, clama por desaparecer a Israel del mapa, ordena a Hezbollah que cometa actos terroristas en contra de intereses israelíes y judíos en diversas partes del mundo como las voladuras de la Embajada de Israel en Argentina en 1992 y la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en 1994, sin olvidar el atentado del 19 de julio de 1994 en contra del vuelo 901 de la empresa Alas Chiricanas, siniestro en el cual fueron asesinadas 20 personas en Panamá.
Irán, epicentro del mal, es una amenaza. Sus agentes viajan por nuestra región con pasaportes facilitados por la dictadura venezolana. Su presencia e influencia en Bolivia los pone en el corazón de nuestra región encendiendo las alarmas de los estamentos de seguridad. El peso iraní en la arena internacional no debe ser patente de corso para desconocer la historia reciente, sobre todo durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos cobardes y sumisos de Chamberlain y Daladier suscribieron ante Hitler todo tipo de claudicación que solo fortaleció y envalentonó al genocida nazi, derivándose en la catástrofe de la citada conflagración mundial con sus más de 60 millones de vidas humanas perdidas.
La población de Irán es víctima y sufre por la opresión de una tiranía. Sus mujeres son humilladas en la vía pública. La comunidad LGBTQ es perseguida y ejecutada. La libertad de opinión no existe, menos la de conciencia. No hay elecciones democráticas. El régimen de los Ayatolas es la cabeza de la serpiente que expande su veneno terrorista por el mundo y es responsabilidad de todas nuestras autoridades señalarlos y contribuir en su aislamiento y derrocamiento por poner en vilo la paz mundial.
El momento de actuar contra ellos es ahora. Mañana será tarde.
El autor es abogado
Fuente: https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/231113/iran-teocracia-atenta-occidente