Ya se pueden ver en casi todas las ciudades de Israel, estas heladeras; donde al final de cada día, los vendedores de la zona donan alimentos que luego son colocados en ellas.
Cualquiera puede colocar alimentos en estas heladeras, y cualquiera puede retirarlos, de acuerdo a sus necesidades.
Las heladeras no tienen cerraduras y no se requiere inscribirse en ningún lugar para acceder a los alimentos.
Por supuesto, ésto sólo puede funcionar en una sociedad sin vandalismo; y obviamente que lo ideal sería que nadie las necesitara, sin embargo, como no existe la sociedad perfecta, siempre habrá alguna familia necesitada.
Debo reconocer que en más de una ocasión, a mí me hubiera servido. La vida del inmigrante no siempre es fácil.