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Por Eduardo Kohn
Primero fue con terrorismo. Así decidió Irán empezar su intromisión violenta en América Latina. Cuando Chávez llegó al poder, se abrieron varias puertas simultáneamente. Cuba, Nicaragua, Venezuela recibían así el respaldo logístico y político de Irán y casi simultáneamente Rusia también entraba a participar de la fiesta de las dictaduras latinoamericanas. Nada de esto es novedad para quienes nos escuchan, pero es una introducción a tres hechos que involucran en particular a Venezuela en estos últimos días, y más en general al contexto geopolítico que nos acerca a más guerra y ahondar la crisis universal causada desde hace dos años por la pandemia.
A fines de la semana pasada, las instituciones centrales de la comunidad judía de Venezuela, Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), Unión Israelita de Caracas y la Asociación Israelita de Venezuela denunciaron a Yván Darío Bastardo, presidente de lo que el régimen de Maduro llama la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, por citar en lo que ellos denominan una sentencia, el texto antisemita Los Protocolos de los Sabios de Sión. En la declaración se señala que “El 10 de febrero del presente año, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, dictó una sentencia de la cual nos llamó poderosamente la atención, que específicamente en el penúltimo párrafo anterior expresa: ‘Suprimirá, entre otras cosas, la corrupción actual de los asesores, que ya no consentirán que gane el pleito solamente quien paga…’ (Cfr. Los Protocolos de los Sabios de Sión, Editores Mexicanos Unidos C.A., Monseñor E. Jouin. Protonotario Apostólico. Cura de San Agustín. 17 de abril de 1927, pág. N° 79)”.
Este exabrupto del señor de apellido Bastardo citó una edición mexicana de Los Protocolos de los Sabios de Sión, un texto publicado originalmente a principios del siglo XX por la policía política del régimen zarista de Rusia. A partir de allí fueron traducidos a varios idiomas y difundidos. En Estados Unidos, el industrial antisemita Henry Ford difundió los Protocolos durante varios años a través de su periódico, incrementando el odio hacia los judíos. Hitler también se inspiró en su contenido para escribir Mi Lucha. En tiempos más recientes, una parte del mundo árabe sigue divulgando los Protocolos como argumento para deslegitimar al Estado de Israel. La Liga Antidifamatoria (ADL) ha denunciado que el nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, distribuyó hace pocos años el libelo a los peregrinos que visitaban Irán. Por supuesto que la dictadura venezolana ni se ha inmutado por esta protesta. El antisemitismo de Estado ha sido una norma permanente con Chávez y luego con Maduro.
Esta semana, en el marco de la reunión anual de la Conferencia de Presidentes de las mayores organizaciones judías internacionales y de Estados Unidos que se lleva a cabo en Jerusalén, el ministro de Defensa de Israel Benny Gantz mostró fotografías de lo que describió como un vehículo aéreo no tripulado iraní en Venezuela e indicó que sus evaluaciones muestran que se están entregando municiones guiadas de precisión para estos vehículos. Hace ya 10 años que Venezuela dijo públicamente que Irán le estaba ayudando a construir aviones no tripulados para la autodefensa. ¿Contra quién? ¿Contra Colombia? ¿Contra cualquier país latinoamericano? Toda la región debería estar muy preocupada. ¿Lo está? Respuesta obvia.
Irán, además, se ha dado el lujo de negar haber suministrado drones militares a ninguno de sus aliados, ni tratar de fabricar armas nucleares o apoyar el terrorismo. Y puede hacerlo. Porque no sólo tiene territorios cómplices en la región, sino también gobiernos que callan, y un proceso fallido de acuerdo de paz sobre armamento nuclear donde sus amigos China y Rusia no se oponen a alimentar con armas a Venezuela mientras la gente allí pasa hambre.
El martes de esta semana, Maduro, respaldó las acciones del Presidente ruso, Vladimir Putin, tras la decisión de Moscú de enviar tropas para invadir Ucrania. “Venezuela está con Putin, está con Rusia, está con las causas valientes y justas del mundo, y nos vamos a aliar cada vez más”, declaró Maduro por televisión. Por si alguien tiene mala memoria, Maduro recordó que Hugo Chávez respaldó a Rusia en otros conflictos territoriales y sostuvo que la amistad con el pueblo de Rusia se mantendrá por siempre. Por supuesto, Maduro ya había tenido una conveniente visita la semana pasada en Caracas del Viceprimer Ministro ruso Yuri Borisov. Pero Maduro no puede quedarse sólo con una mera declaración de respaldo. Su ego y Rusia le exigen más. Así que aclaró qué es exactamente lo que apoya:” Venezuela apoya a Putin en su lucha por la paz y la libertad y contra Estados Unidos y la OTAN que pretenden aniquilar por la vía militar a Rusia”.
Maduro es la versión vulgar de Daladier. Declaró además sobre lo que sucede en Ucrania lo siguiente: “El territorio de Lugansk y Donetsk asumieron funciones de repúblicas populares para defenderse de una masacre que los sectores fascistas que habían asaltado el poder en Ucrania comenzaron a ejecutar cazando hombres, cazando mujeres, asaltando familias, bombardeando, con armas pesadas y se inició un conflicto durísimo. En todas las etapas del conflicto siempre ha estado presente la diplomacia del presidente ruso, pero la derecha extremista que ha ganado los Gobiernos de Ucrania nunca ha estado interesada en resolver los conflictos por la vía del diálogo, nunca ha estado interesada en respetar a Rusia”.
Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán y Siria son los países que apoyan hoy a Rusia en su afán de apropiarse Ucrania por la fuerza. Todos repiten el mismo discurso:” El empeño de Estados Unidos por imponer la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia constituye una amenaza a la seguridad nacional de este país y a la paz regional e internacional”.
Los cinco países mencionados odian a Israel; perpetran antisemitismo de Estado; apoyan terrorismo contra Israel y los judíos. Rusia no tiene esa política antijudía. Pero, aunque no le importe quien lo apoya o no, porque sabe que va a hacer lo que le plazca ya que nadie se atreve a enfrentarlo en serio, es consciente de los socios que tiene. Y el grupo en su totalidad es un peligro global. América Latina está invadida las armas y terroristas que las dictaduras aceptan tener en su territorio. Medio Oriente es siempre inseguro con un estado extremista islámico patrocinador del terrorismo a escala universal. Y Europa puede pagar muy caro terminar dejando a Ucrania como dejaron a Checoeslovaquia en 1938.Esta semana y ante el comienzo de la invasión a Ucrania el Secretario General de la ONU Antonio Guterres dijo con total honestidad: “No podemos aceptar ni siquiera la posibilidad de tan desastrosa confrontación. El precio en sufrimiento humano, destrucción y daño a la seguridad europea y mundial es demasiado alto para contemplarlo”. A veces hay que ser más honesto aún, y aceptar las evidencias de lo que sucede en la vida real y ante la impotencia de saber que la ONU es la nada, o callarse la boca, o irse. Así funciona la irrelevancia. Hoy jueves, Ucrania está totalmente invadida bajo fuego ruso. ¿Y qué hacen otras potencias o la ONU?, Multiplicar la irrelevancia y la miseria humana.
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Fuente: https://www.radiojai.com/index.php/2022/02/24/121085/las-invasiones-barbaras/