Alberto Jabiles Schwartz
“Llegó en el 2018 y, ni bien presentó sus cartas credenciales, dedicó su trabajo al desarrollo de proyectos en campos tan diversos como la ciencia, sanidad, turismo, medicina, educación, arte y literatura […]”
En árabe, lengua materna de los drusos, nos despedimos del excelentísimo embajador de Israel en Panamá, Dr. Reda Mansour, quien, tras tres años de permanencia entre nosotros, regresa a su país, donde asumirá nuevas responsabilidades profesionales, aún no definidas, sean en la Cancillería o en el mundo académico.
Primero, hablemos en el plano personal sobre este poeta, historiador y diplomático nativo de Isfiya, una adorable aldea drusa del Monte Carmelo, Israel. Reda comparte sus pasiones con quienes hemos tenido el privilegio de interactuar con él, tales como lo son su familia, integrada por su esposa Mona y sus tres hijos, su carrera diplomática y la poesía, al ser un connotado escritor políglota con varias obras publicadas.
En segundo lugar, hablemos de los drusos, una minoría religiosa parte del crisol de culturas israelí. Surgidos hace unos mil años, guían su credo bajo las enseñanzas de la Hikma o Libro de la Sabiduría. Entre sus profetas destaca Jetró, suegro de Moisés, cuya tumba ubicada en Nabi Shueib en la Galilea, Israel, es su lugar más sagrado. Cuentan con aproximadamente un millón de seguidores, esencialmente en Siria, Líbano e Israel.
En los países donde residen están vinculados al desarrollo de su patria. En el caso de Israel, país democrático y pluralista, sirven en sus Fuerzas de Defensa, tienen presencia en el Gobierno, Parlamento Nacional y el sistema de justicia. Son parte del mundo académico, científico, deportivo, económico y demás ámbitos de la vida nacional. Esto representa una ventaja, ya que, como israelíes étnica y lingüísticamente relacionados con el mundo árabe, son un puente entre las sociedades.
Reda no es la excepción a la norma drusa. En los lugares en donde ha servido como diplomático y académico busca conciliar opiniones. No le tiembla la voz, sea en árabe o en hebreo, en situaciones que él mismo propicia para acercar posiciones. Admite que no es fácil, pero, no desfallece, dado su carácter firme y a la vez afable. En Panamá interactuó con sus dos mundos, a veces separados, mas, unidos en él.
Llegó en el 2018 y, ni bien presentó sus cartas credenciales, dedicó su trabajo al desarrollo de proyectos en campos tan diversos como la ciencia, sanidad, turismo, medicina, educación, arte y literatura, en donde no olvidamos que inauguró la Feria del Libro 2018, que tuvo a Israel como país invitado.
En el plano comercial, impulsó la reactivación de la Cámara de Comercio Panamá-Israel y fue una figura central en el envío de delegación comercial a Israel, encabezada por S. E. Ramón Martínez, ministro de Comercio e Industrias, y S. E. Augusto Valderrama, ministro de Desarrollo Agropecuario, tras la firma y aprobación del tratado de libre comercio entre ambas naciones hermanas.
Fuente: https://www.laestrella.com.pa/opinion/columnistas/210714/mae-alsalama-eazizi-duktur-mansour