30 Junio, 2019
Merach Kara, una joven israelí perteneciente a la minoría drusa -etnia árabe considerada una escisión del Islam-, desafió la cultura conservadora de la comunidad a la que pertenece y se convirtió en la primera asistente de vuelo drusa en la historia de la aerolínea El Al.
Si bien la población drusa se ha integrado en múltiples sectores de la sociedad israelí, la aerolínea local nunca tuvo entre su personal a una asistente procedente de este sector.
Kara, oriunda de la aldea de Dalyat al-Karmel al norte del país, creció junto a sus padres y sus dos hermanos mayores, que actualmente residen en Tel Aviv. Tras completar el servicio nacional obligatorio -un sistema de voluntariado alternativo para quienes no sirven en el ejército-, se inscribió en la universidad, donde estudió ciencias de computación.
Tras un periodo de dudas sobre su futuro profesional, decidió aplicar para una posición como asistente de vuelo en El Al: “trabajar y estudiar a la vez era difícil, y mi carrera era algo aburrida, por lo que decidí apostar por mi sueño de la infancia: convertirme en asistenta de vuelo”, explicó al digital Ynet. Este fue el sueño de Kara desde los cuatro años, cuando por primera vez voló junto a sus padres.
En la cultura drusa, por tradición no se deja a las mujeres volar solas, y mucho menos convertirse en asistentes de vuelo. Para poder perseguir su sueño, Merach tuvo que afrontar las barreras culturales de su comunidad, y para ello contó con el apoyo total de su familia, que la animó a pesar de las dificultades.
“Son conscientes de las dificultades de mi trabajo, pero lo aceptan”, afirma Merach. Su padre reafirma su admiración hacia ella, más allá de lo que puedan pensar en su comunidad: “es muy valiente, me encanta su perseverancia. Estoy orgulloso de que trabaje en El Al. Le deseo toda la suerte del mundo y estoy convencido de que es capaz de lograr lo que se proponga”, comentó.
Merach reconoció que a sus amigos no les agradó demasiado la idea, pero avisó que su rechazo jamás la desviaría de sus metas. Por proceder del sector druso, habla árabe y hebreo fluido, algo que le proporciona una ventaja sustancial para dirigirse a pasajeros árabes.
“Creía que no iba a hablar árabe en absoluto, pero para mi sorpresa lo hago. Me encontré a una familia árabe en uno de mis vuelo, y formé una conexión con ellos gracias a la lengua”, explica. Y añade: “hablamos fluidamente, la lenguas en general ayudan, pero ahora incluso más en mi trabajo como asistente de vuelo”.
Para Merach, “nunca es demasiado tarde” para culminar los sueños en la vida”. Su aspiración es que “convertirme en la primera asistente drusa de El Al abra la puerta a muchas mujeres más de mi comunidad y las ayude a explorar el mundo”.