Perversidad mucha, ética bajo llave

POR REDACCION RADIO JAI
HACE 3 HORAS 
EN COLUMNISTAS

El Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional fue aprobado por una parte de la comunidad internacional, hasta hoy 124 países. Aunque hay más de 70 países que no lo han firmado y no están atados a su jurisdicción, hay una definición del Estatuto con la que concuerdan tanto a nivel de países de la ONU como los expertos en Derecho Internacional: la definición de genocidio. Matanza de miembros de un grupo; Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros de un grupo; Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo. Todo esto ocurrió el 7 de octubre de 2023, hace 15 meses, por parte de Hamas contra población civil de Israel: matanza; lesión grave; intención de destrucción total; asesinato de embarazadas; traslado a la fuerza, y no sólo de niños sino de 250 secuestrados. ¿Por qué se habla de intención genocida? Porque el objetivo de Irán a través del grupo terrorista Hamas era perpetrar una matanza masiva de israelíes en la medida de sus posibilidades, y eso pudo ser detenido 36 horas después.

Sin embargo, desde la política, los medios de difusión, las redes sociales, no se dijo nada sobre la intencionalidad de Irán y Hamas, a pesar de haber sido proclamada orgullosamente por ambos. Lo que sí se ha hecho sin parar ni un minuto, ha sido acusar a la víctima simplemente porque primero detuvo la invasión a su territorio soberano, y segundo, por la decisión que, ante la guerra iniciada por el terrorismo islámico, decidió como corresponde a un Estado libre e independiente, ejercer su derecho a la defensa.

Hace pocos días, Amnesty se unió al coro de incitadores de la violencia antisemita mundial que vienen atacando comunidades judías desde hace 15 meses tratando de emular las persecuciones de la década del 30 en Alemania y después en toda Europa, y obviamente acusando a Israel de genocidio.

“El informe de Amnistía Internacional demuestra que Israel ha llevado a cabo actos prohibidos por la Convención sobre el Genocidio, con la intención específica de destruir a la población palestina de Gaza. Entre ellos figuran: matanza de miembros de la población palestina de Gaza, lesión grave a su integridad física o mental y sometimiento intencional de ella a condiciones de existencia que habrían de acarrear su destrucción física”, ha dicho Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. Al revés. Después de 15 meses está muy comprobado que el ejército israelí se ha enfrentado con 40 mil terroristas de Hamas pertrechados por Irán, Rusia, y otros traficantes de armas, en una guerra que ha tomado la vida de centenares de soldados de Israel. Las llamadas matanzas han sido enfrentamientos con Hamas que ha utilizado indiscriminadamente escuelas de UNWRA (o sea Naciones Unidas), edificios en todas las ciudades, y hospitales para guardar armas y atacar desde allí. Los sometimientos a los cuales refiere Callamard lo sufrió y sigue sufriendo la población civil palestina por parte de Hamas que no sólo los usa como escudos humanos sino además porque los miles de toneladas de comida que han llegado y llegan a Gaza son robadas y administradas delincuencialmente sólo por Hamas, y los civiles que osan enfrentarlos son ejecutados sumariamente. Por comida y reventa de comida. Todo lo que Callamard y su informe omite deliberadamente.

Hace dos días se dio a conocer parte del testimonio de un terrorista de Hamas que trabajaba en el hospital Kamal Adwan en Jabaliya. El hospital, más allá de lo que Callamard pueda mentir con un coro que siempre empieza en la secretaría general de la ONU y sigue por dictaduras criminales, era un centro de comando de Hamas y un punto central para lanzar ataques, por un lado, y distribuir armas, por otro. Anas Muhammad Faiz Al-Sharif, de 21 años, supervisor de limpieza del hospital y miembro activo de Hamas desde 2021, dijo que Hamas cree que un hospital es seguro, porque además de los miembros del grupo y las armas, también hay pacientes. El personal médico del hospital trabaja junto a los operativos de Hamas, Yihad Islámica y la Brigada Al Nassr.

Israel detuvo a 240 terroristas en este hospital. Israel permitió que los pacientes y los médicos y mujeres y niños refugiados en el hospital se trasladaran al hospital indonesio en la misma ciudad. Esto no lo puede decir Callamard porque toda su acusación de genocidio no sólo se derrumbaría, sino que se conviertiría en lo que es: una calumnia. Ni Callamard ni Amnesty perpetran por primera vez una suerte de informe alejado de la realidad y por ende de la verdad contra Israel que tiene sus cómplices, obviamente, y que todos sabemos quiénes son. Sólo por poner dos ejemplos de Callamard como antecedente. Hace menos de tres años, publicó un tweet diciendo que Shimon Peres había dicho en un reportaje que Arafat había sido asesinado. Fue tan brutal su brulote que sus jefes de Amnesty tuvieron que salir públicamente a despegarse de Callamard y decir que lo que publicó no era para nada opinión de la organización. Pero no la sancionaron ni nada parecido. Al fin y al cabo, Amnesty como tal, es sus empleados. En 2019, condenaron a Israel diciendo que había destruido una oficina de derechos humanos en Gaza, pero rápidamente se descubrió que fue la Yihad Islámica quien lo hizo por eso de la puntería fallida. Amnesty no se retractó. ¿Para qué?

Amnistía Israel, la rama local de Amnistía Internacional rechazó el informe y algunos miembros acusaron a los autores del mismo, de llegar a una “conclusión predeterminada”. Amnistía Israel dijo que no participó en la investigación, financiación o redacción del informe y que “no acepta la afirmación de que se ha demostrado que se está produciendo un genocidio en la Franja de Gaza y no acepta las conclusiones operativas del informe”. Esta actitud de Amnistía Israel ha tenido costo. Esta semana Jerusalem Post informó que el Consejo Internacional de Amnesty decidió suspender a Amnesty Israel por dos años, y además, la acusó de racista por obviar trabajar junto a palestinos. Amnesty declaró que Amnistía Israel ha buscado desacreditar las investigaciones y las posturas de la organización.

Rechazar un informe falso cuyo objetivo es incitar a más violencia donde ya hay una guerra, no es una desacreditación sino una denuncia. Amnesty ha olvidado, como casi todo el mundo, que 250 personas fueron secuestradas el 7 de octubre de 2023, que hoy quedan vivos o no, 100 en manos de terroristas, que hay informes fehacientes de las propias víctimas de qué sevicias se cometieron contra los secuestrados. Amnesty dedicó un par de líneas al ataque del 7/10, como que no tuviera más remedio que hacerlo para así mostrar a sus contribuyentes qué trabajo hacen y seguir recibiendo regalías para su tarea cuyos resultados pueden llegar a ser, como en este caso, una perversa narrativa política que aplasta con malicia lo que debería ser un informe sobre horrores que no se conocían desde el fin del nazismo.

En suma, ¿qué han hecho esta y otras organizaciones similares que ni vale la pena nombrar por detener años y años de ataques de Hamas contra civiles israelíes, o para denunciar a los hutíes, o a Hizbollah y sus bombardeos a escuelas y edificios en Israel? Y ¿qué han hecho por los 7 millones de desplazados por Assad o por los 500 mil asesinados por el mismo Assad en conjunto con Rusia, Irán e Hizbollah? Y ¿sobre las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua que siguen regando de sangre América Latina? Declaraciones vacuas e informes cuya calificación más benévola podría ser “adecuados a conveniencias políticas y muy lejos de la ética proclamada”.

Hace 22 años terroristas palestinos entraron a una cena de Pesaj en Israel y asesinaron a toda una familia. Quedaron tres huérfanos. Testigos del crimen. Rachel Cohen, una mujer excepcional como madre, como luchadora por una sociedad mejor, decidió acobijar a los niños huérfanos. Era muy amiga de su madre y quiso hacerlo. Y vaya si lo hizo y los crio. Hace muy pocos días un terrorista palestino de Nablus asesinó tres civiles israelíes en Kedumim. Uno de los asesinados era Rachel Cohen, que su memoria sea una bendición. Hechos así no son para Amnesty, sino para alguna organización de DDHH decente, que nosotros, hoy, no conocemos.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

Fuente: https://www.radiojai.com/index.php/2025/01/09/179305/perversidad-mucha-etica-bajo-llave/

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