Guyot no mencionó la judeofobia, en la que se concentran todo tipo de acusaciones, incluso contradictorias. Las comunidades judías alrededor del mundo han sido los objetivos más frecuentes…
Los prejuicios engendran daños a las sociedades, pues constituyen la base de la segregación de ciertos sectores categorizados por su origen nacional, raza, religión, género, opiniones, etc.; cualquier característica que especifique a un grupo sirve para señalarlo con el simplismo de la otredad.
En un reciente artículo, Carlos Alberto Montaner observó: “el antisemitismo es el más viejo y resistente de todos los prejuicios”. Agregamos: el término es producto de estereotipos; a mediados del siglo XIX, fue calcado del concepto lingüístico al racial. Un periodista alemán, Wilhem Marr, lo popularizó para descalificar a los judíos.
Hace días, el diario argentino La Nación publicó un artículo titulado “El prejuicio. Cuando el discurso del odio convoca a la violencia” de Héctor M. Guyot, quien recordó la matanza en 2015, perpetrada por un supremacista blanco en una iglesia de fieles negros en Carolina del Sur. El asesino se justificó mediante una serie de prejuicios racistas. Luego, trajo a colación la masacre acometida por otro supremacista blanco en dos mezquitas en Nueva Zelanda, el último marzo. Guyot planteó que los discursos intolerantes circulan con rapidez por las redes, especialmente entre los sitios de fanáticos de extrema derecha y ultra izquierda; en los que culpan a “otros” de numerosos males, generando odio y violencia. Faltó añadir que, entre los exaltados también está el islam radical.
Guyot no mencionó la judeofobia, en la que se concentran todo tipo de acusaciones, incluso contradictorias. Las comunidades judías alrededor del mundo han sido los objetivos más frecuentes, pero extrañamente el autor no le dedicó ni una palabra. ¿Por qué no referirse al ataque a una sinagoga en Pittsburgh? O a la Argentina, que fue blanco de dos grandes ataques terroristas contra sitios vinculados al judaísmo, por eso mismo: la embajada de Israel, en 1992 y la sede de la AMIA en 1994. El diario ilustra dicho artículo con una foto de una esvástica pintada en el portón de una sinagoga y la leyenda “erróneamente” dice que fue pintada en la puerta de una casa. En un texto que describe las características de los prejuicios y se omite al más antiguo y completo: la judeofobia, puede ser muestra de sus propias aprensiones; excluir el antisemitismo es equivalente.
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Fuente: http://www.eluniversal.com/el-universal/38260/prejuicios-el-germen-del-odio