Esta semana se habló mucho sobre el intercambio de rehenes secuestrados por la organización terrorista Hamas y presos palestinos por delitos condenados encarcelados en Israel. Quisiera hacer una reflexión al respecto.
Primero, entendamos quienes son los presos palestinos. Son criminales condenados en juicios, cuyos delitos fueron atentar contra la vida de personas por el solo hecho de ser judías. Fueron condenados en tribunales de justicia, que por cierte tiene incluso a jueces árabes en su composición, incluyendo a Khlaed Kabub en la Corte Suprema de Justicia.
Presos que están en cárceles que siguen los principios de la normativa internacional, cuya familia saben dónde está, en las cuales son atendidos médicamente si tienen algún problema de salud (si no, pregunten a Yahya Sinwar, máximo responsable de la masacre del 7 del 10, quien fue curado de cáncer mientras purgaba una condena en Israel en 2008), y donde se siguen todos los principios que una prisión que se rige por la ley debe tener.
Los rehenes secuestrados por Hamas son desde bebes como Kfir Bibas, de solo 9 meses de edad (su mayor “crimen” puede haber sido un berrinche y llanto porque tenía gases) o Aviv Katz de 2, hasta adultos mayores como Ditza Heimann de 84 o Arye Zalmanovich de 85 años. Por supuesto no se sabe dónde están, posiblemente en los túneles en condiciones infrahumanas.
Las primeras noticias de quienes fueron liberados afirman entre otras cosas que
– Los rehenes fueron golpeados con palos después del secuestro
– Fueron mantenido bajo tierra
– No les permitieron ducharse durante el cautiverio
– Han bajado de peso en 1 mes entre 8 y 15 kilos, mantenidos con bajas raciones de comida
– Los obligaron a mirar videos del horror, cuando masacraban a su familia (especialmente con niños pequeños)
– No se les permitía llorar a los niños, y si lo hacían les apuntaban con un arma a la cabeza
– No se les permitía hablar en voz alta
– Y podríamos seguir
Además, mienten sobre su estado. Hanna Katzir, liberada en el primer grupo, había sido mencionada como muerta unos días antes. Y hoy, escribo estas líneas, pocas horas después que anunciaron que Kfir Bibas (quien cumplió 10 meses en cutiverio), su hermano Ariel de 4 y su mamá Sherry estaban muertos, pero hace 2 días anunciaron que no sabían dónde estaban y hace 3 que habían sido “vendidos” a otra facción de la Jihad Islámica. Confío que también sea mentira, y pronto sean liberados!
Thomas Hand, padre de Emily, de 9 años, recientemente liberada, contó que la pequeña pensó que la habían tenido como rehén durante un año, y ahora llora hasta quedarse dormida. “La parte más impactante e inquietante es que sólo susurra, apenas se le puede oír. Tuve que poner mi oído en sus labios. La habían presionado para no hacer ningún ruido”. “Anoche lloró hasta que su cara enrojeció de dolor, no podía parar. Ella no quería ningún consuelo, supongo que se le ha olvidado cómo ser consolada. Se metió bajo las sábanas de la cama, la colcha, se tapó y lloró en silencio”.
Por supuesto, no permiten que la Cruz Roja los visite y revise su estado de salud.
En este contexto hay que escuchar preguntas como una periodista de Sky News le preguntaba al portavoz del gobierno israelí Elyon Levi sobre una “menor valoración que Israel daba a las vidas palestinas, al intercambiar tres por uno”, a lo cual Levy respondió que era una “una acusación asombrosa”. “Si pudiéramos liberar a un prisionero por cada rehén, obviamente lo haríamos. Estamos operando en circunstancias horribles.
“No vamos a optar por liberar a estos prisioneros que tienen las manos manchadas de sangre. Estamos hablando de personas que han sido condenadas por atentados a puñaladas y disparos”. Pero evidentemente la periodista no logra entender la diferencia… o no quiere?
No… no son lo mismo.
Seguiremos pidiendo por su liberación hasta que regresen todos los rehenes a casa.
Seguiremos pidiendo que los terroristas de Hamas paguen por sus crímenes.
Liberenlos sanos y salvos!
Fuente: https://www.laguerradesdefuera.com/post/sobre-presos-y-rehenes